Il Sereno

A orillas del lago de Como abundan edificios neoclásicos, por lo general bastante ostentosos, que conviven con las villas antiguas. A día de hoy, sin embargo, los edificios centenarios están siendo superados en número por las imitaciones más extravagantes. Por suerte, el equipo del flamante Il Sereno, a las afueras del pueblo de Torno, en la margen oriental del lago, se ha atrevido con mucho acierto a imprimir una dirección nueva a las cosas.
Olvídese de las columnas y pórticos falsamente romanos: aunque construido sobre los cimientos de un antiguo cobertizo de barcas de piedra, Il Sereno es un portento de modernidad tanto por dentro como por fuera. Su estructura acristalada de piedra, madera, bronce y cobre –una superposición de cuadrados y rectángulos– se alza varios pisos por encima del agua, llamando la atención por su larga piscina infinita, la mayor del lago, y sus dos sorprendentes jardines verticales, diseñados por el famoso botánico Patrick Blanc. Las vistas son espectaculares las mire desde donde las mire y no hay un solo rincón en todo el hotel desde el que no se divise el espectacular telón de fondo del lago.
Los interiores, por su parte, son tan llamativos que hasta diríamos que consiguen robar protagonismo al entorno. Eso se debe a que Il Sereno ha recurrido a la célebre diseñadora Patricia Urquiola para supervisar cada detalle. Urquiola, con sede en Milán, ha sido nombrada diseñadora del año por la revista Wallpaper* en dos ocasiones y algunas de sus obras forman parte de la colección permanente del MoMA.
El hotel consta de treinta amplias suites, dotadas todas ellas de cama king size, terraza amueblada con vistas al lago, sillas de lectura de gran tamaño y un ingenioso espacio “día y noche” que podrá utilizar como zona de trabajo, sala de estar o dormitorio para los niños según más le convenga en cada instante.
El gusto de Urquiola por los materiales naturales y su elegante estética se hacen palpables en todo el hotel, que resulta una mezcla de fantasía minimalista, elegante y futurista de la que no queda fuera ni un solo elemento: ni las bañeras y telas diseñadas a medida, ni los sillones de formas geométricas o los pañuelos de seda que lleva el personal.
Las poblaciones que se asientan alrededor del lago de Como y en el camino hasta Milán son depositarias de numerosas tradiciones artesanales, entre ellas el trabajo de la seda y la carpintería. Urquiola ha sabido sacar buen provecho de ello: con raras excepciones, los interiores de Il Sereno son un escaparate del arte y el diseño que se hacen esta región de Italia. Tome, por ejemplo, la escalera flotante del vestíbulo que sube al restaurante –una estrella Michelin gracias a su excelente cocina de productos regionales italianos elaborados con enfoque contemporáneo– y la bodega. Para dar vida a esta intrincada y etérea hazaña arquitectónica de nogal y tubos de cobre, Urquiola colaboró con un artesano de la zona.
La construcción de barcos es otra de las tradiciones del lugar. Lo que intentamos decirle con ello es que Il Sereno dispone de un par de yates de madera hechos a mano y a medida por el Cantiere Ernesto Riva, una empresa familiar que lleva en activo desde 1771. Los interiores, por supuesto, son también de Urquiola. Dese una vuelta por el lago y disfrute de la vista de los Alpes, el agua, el cielo y la mezcla de edificios que se levantan en tierra firme. Il Sereno es el primer hotel de nueva planta construido a orillas del lago en años: esperemos que sea un adelanto de los que han de venir en los próximos años.
A tener en cuenta: Il Sereno es un hotel de temporada y acepta reservas desde mediados de marzo hasta principios de noviembre.